Hoy simplemente quiero hablaros de este ingrediente que se está colando en muchas cocinas y que vemos cada vez más.
La leche evaporada es un producto lácteo que se vende enlatado, y cuyo ¨misterio¨ es el proceso de "deshidratación" que le hacen a la leche, con lo que le quitan casi el 60% del agua que tiene.
Si pensáis en su aspecto, igual se os ocurre que al quitarle agua es como la leche condensada, pues no, tiene un aspecto similar a la leche común pero algo más amarillenta por la concentración de sus propiedades, a la que por cierto, no le añaden azúcar.
Como os dije al comienzo de este post, en mi casa y en otras muchas se ha colado de manera fulminante, principalmente porque es un recurso que uso bastante en platos salados en lo que no quiero abusar de la nata, o en los que quiero suavizar el sabor (en las tostas que colgué hace un par de meses la añado para darle ese toque suave) o por ejemplo, en la clásica pasta Carbonara, hago una receta propia que deja ya de tener este nombre, al cambiar la nata por este producto, lo que hace que el plato no me resulte tan pesado, que sea más digestivo, y que engorde menos!.
Como consejo advertiros que es mucho menos denso que la nata, osea que cuidado con las cantidades para no "encharcar" los platos.
En fin, os animo a irlo introduciendo en vuestra alimentación... Personalmente me encanta!
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